martes, agosto 10, 2010

Michael Jackson abandona la tierra en una nave sideral

Su muerte es un montaje

Una noche en casa, mi mujer preparaba la cena y no hacia mas que darme voces... ¡vengaaa que ya esta la cenaa!... Y estaba en el WC haciendo mis cosas... ¡vienes o queee!... mi mente no parecia estar allì.
La verdad es que durante mi estancia en el WC fui abducido por una cuadrilla de extraterrestres de lo más antipáticos. Es curioso, los enamorados raptan a sus amadas, los malhechores secuestran a la gente y los alienígenas abducen.
Y así estuve todo esse tiempo, metido en un platillo volante donde, lejos de experimentar conmigo, me han tenido haciendo chapuzas, quitando el polvo y pasando la fregona durante todo un año luz, al menos esa fuè sensacion de espacio tiempo que sentì. Y cuando estaba ya todo en perfecto estado, me dejaron en calzoncillos en un descampado. Unos cabrones.
Pero lo más curioso de todo esto es que, según bajaba de la nave, subía Michael Jackson en persona. Le saludé como quien saluda a un vecino en las escaleras y él me pregunto que tal se comía ahí dentro. Yo le respondí que mal. Que por la mañana desayunaba un café de máquina y para comer me daban sopa de sobre con un macarrón (para esnifar la sopa de sobre)
Y así me quedé, con tres palmos de narices mientras el platillo se perdía en estratosfera con ese tiquismiquis dentro. Ahora me explico porqué querían que la nave estuviese tan limpia.
En fin, que reaccioné tarde y solo me dio tiempo a gritarle a Michael que no vendiese los derechos de los Beatles a esos mamones verdes del espacio.

Sonò un golpazo fuerte en la puerta y oì palabras como las que se oyen en los campos de fùtbol a los aficionados... mi presencia de espìritu estaba por los suelos y esos golpes en la puerta me empezaron a despertar... seguia viendome en calzoncillos, pero esta vez los tenìa en los tobillos... reaccionè y me dije... claro en este sitio es lo mas lògico... me espabilè y vi que las palabras eran de mi mujer, muy cabreada por que se enfriaba la cena.

Esos quince minutos que pasè en el WC me parecieron un año luz.

Cuan salì del WC le expliquè lo que me habìa pasado... sonaron unas risas que no alcancè a comprender. Desde ese dìa y por orden expresa de mi señora no ha vuelto a entrar en mi casa una sòla lata de birra.

Hoy sigo pensando que con esta abducciòn no volverè a ser el mismo de antes.

No os durmais mientras os sentais en el WC... os puede pasar esto...En serio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por su comentario.