lunes, agosto 23, 2010

Un cafè en "El 38 de Baker Street.". Dia 1. Hablar por hablar.


Hoy deseo hablar., sì, hablar por hablar. ¿Por donde comenzar?


Bien. Lo primero es ser educado y presentarse. Mi nombre es Sherlock, Sherlock Holmes. Pero tranquilìzate, no soy el afamado y prestigioso personaje de Sir Arthur Connan Doyle, no, simplemente soy mi "otro yo" que ha elegido el nombre de Sherlock como seudònimo por la coincidencia con el personaje del Sr. Connan en el afàn de buscar pistas, sòlo que en mi caso las pistas que busco son sobre los paraìsos perdidos.

Todos tenemos nuestros paraìsos perdidos y sentimos la necesidad de encontrarlos. Yo ayudarè con mis investigaciones al precursor de este blog y a todos los lectores a encontrarlos, mediante las pistas que proporcionaremos de lo que se cuenta en la interminable y cibernètica Baker Sreet.

Me dirijo a gente como tù,  posiblemente nunca veré tus ojos, no sentiré tus manos, pero estoy seguro que en algun momento sentiràs el deseo de dejar abierta la puerta de tus setimientos.

Hablemos. Hoy no salió el sol, la temperatura es baja, el cielo esta copado, cerrado, lluvioso y se esperan  fuertes vientos. Una tarde ideal para entrar a este cafè, "El 38 de Baker Street" y tomar un buen cafè caliente en compañìa de algùn conocido y charlar de todas las cosas que nos preocupan a diario y que la mayor parte de las veces nos cuesta sacar al ruedo. Conozco este cafè hace ya algunos años, aquì conocì a gente maravillosa, hicimos una gran amistad, hablamos de muchas cosas durante muchas tardes y muchas noches, saboreamos los mejores cafès de la casa, despues... despues la gente dejò de venir, poco a poco, y a dìa de hoy sòlo vengo yo, tomo un cafè y pongo en orden las pistas conseguidas. ¿Por que dejaron de venir?... buena pregunta, tal vez hayan encontrado sus paraìsos perdidos y no necesiten de ninguno mas. Tal vez sea eso.

Pero hablemos. Siéntate a mi lado. ¿Un café? . Sièntete cómodo, relájate, no te preguntaré por la familia, ni por nigùn sentimiento profundo y oculto que lleves dentro, solo hablemos. Hoy necesito hablar y te he elegido a tí, amigo lector. ¿Egoista?. Sì, lo soy, pero piensa que mañana tù necesitarás tambièn hablar por hablar y no diràs nada, pero yo harè como que es todo muy interesante y dejaré que transcurran los minutos mientras el humo de la taza de café va esfumàndose lentamente.

Mirèmosnos a los ojos, cuàntas cosas contarìamos y  no nos atrevemos. Pero solo hablemos, por hablar, porque sabemos que es lo unico que podemos hacer, para que las cosas sigan igual, tranquilas, perfectas.

Hablemos. Que el silencio no se apodere del momento ni de nosotros. Sè que es difìcil hablar de pequeños momentos, con lo fàcil que es pensar, pero no te preocupes, al final las palabras saldràn, yo te ayudarè. ¿Ves a esa  mujer mayor que entra al cafè y que nos mira como si buscara un compañero que desee oir lo que tiene que contar?. Seguro que serìa apasionante conocer su vida. Se vè que lleva sus años con orgullo. ¿La habrán amado intensamente? ¿Vivirá sola?. ¿Que sufrimientos y alegrias habràn pasado por la historia de sus longevos años? que importa, hoy sòlo estamos hablando por hablar.

¿Sabes?, ya no quiero hablar por hablar, quiero contar, quiero que me sientas, quiero que oigas todo lo que tengo que decirte acerca del mundo, de sus gentes, de sus parìsos. Quiero contarte todos esos sentimientos, por que no quiero que suceda como al humo del cafe, no quiero que se que se esfumen lentamente de la memoria humana. Mìrame, abre tu mente y tu corazón. ¿Me vés? ¿Estás seguro?. Bien. Vamos a vivir momentos de realidad, de realidad humana con sus virtudes y sus imperfecciones. Despuès, cuando hayas leìdo lo que tengo que contarte dime si quieres lo que sientes, lo que piensas, abre tu interior y siente que te escucho. Comèntamelo.

Seguramente en ocasiones puede que no llegues a entenderme,  pero se que sentiràs mis palabras, porque no hablarè por hablar. Simplemente me estarè entregando. De eso se trata.
Relajate amigo lector,  no te pediré nunca que me entregues tus deseos mas profundamente ocultos, pero sì que me vendas una parcela de tu soledad.

Curiosa palabra "soledad". Vendrè cada dìa a "El 38" a tomar un cafè. Por que sè que tù querras leer lo que tengo que decir. Por que necesito que lo hagas y por que tù tambièn...  ¿...lo necesitas?.
 
La direccion ya la sabes... "El 38 de Baker Street",  y tomaremos otro café.

Sherlock

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