martes, septiembre 21, 2010

Un cafè en "El 38 de Baker Street". Dia 4. "Nuevo milenio"

 Hoy me decìa Fernando durante la reuniòn que mantenemos a diario, que anoche cuando volvìa conduciendo su ùltimo tren,  al paso por su ciudad natal mientras contemplaba el cielo que se deja ver a travès del inmenso parabrisas de la cabeza tractora de su tren, viò còmo recorrìa el firmamento manchego una gran y preciosa estrella fugaz. Dice gran, porque tardò unos segundos en desintegrarse en la atmòfera ofreciendo un bello expectàculo. Que sintiò ganas de pedir un deseo, pero como iba atento a la frenada de su tren, pues èste tiene parada en su ciudad, no tuvo tiempo, pero que vino a su mente las catàstrofes que muchos profetizaban con el fin del milenio hace ya diez años, y còmo no pudo evitar que asomara una sonrisa en sus labios.


Mientras degusto un magnìfico cafè en "El 38 de Baker Street" pienso en el comentario de Fernando sobre los catastrofistas del fin del milenio y tampoco puedo evitar que de mi rostro se escape una leve sonrisa acompañada de un cabeceo de negaciòn pensando en la estupidez humana sobre el fin de los tiempos.


Pero al mismo tiempo, como soy bastante mas perverso que Fernando, tambièn viene a mi mente una dispensa papal que se produjo en 2001 y que para mì fuè el tocomocho del indulto.

Una dispensa papal que ponìa en la calle a mil y pico personas procesadas por diversas movidas. Desde insumisos que pagaban con cárcel su idealismo hasta una mujer acusada de deshacerse del cabronazo que la sacudía dia y noche.

Desde luego,esto no podía ser obra de los despiadados ajusticiadores del Opus. Alguien debía estar detrás de todo ello. O sea, que salga el ministro y diga que el papa juan pablo ha pedido clemencia...  es demasiè.

Aqui se juntan dos inexactitudes: el fin del milenio (todo el mundo sabe que los videntes del Pronto dijeron que sería en el 2000) y que tomasen en serio a ese sr. ministro.

Un fino analista de mi barrio ha dicho que los componentes del gobierno del 2001 esnifaban rayadura de tiza culera, y no debìa andar descaminado. "Los parlamentarios alemanes le daban a la farlopa. Los jueces germanos andaban últimamente premiando nazis, y es que el Jeremías tiene un discurso algo iterativo, entonces el ministro de aquí tiene visiones de tanto quemar incienso y cree que se le aparece el papa.

El problema, según este teórico de renombre (en mi barrio al menos le conoce todo Dios), es que no deberían dejar a semejantes teólogo-toxicómanos llegar tan alto.

El ejemplo ideal, siempre según este Eratóstenes del solysombra, es el de los tontos de pueblo. Han sido relegados a un escalafón intermedio donde, lo más que pueden hacer, es dirigir el tráfico en la plaza o tirar cantos a los marranos. Pero el lobby que desde la calle Génova hacen un grupo de iluminarios deja corto lo que se cocía en Waco. En vez de davidianos que se autoinmolan a las órdenes de un chalao, tenemos beatos que ven al papa por los pasillos del ministerio de Justicia, a santa María de la Cabeza en los córners de su equipo de fútbol, a san Domiciano recomendándoles invertir en el Nasdaq y al padre Mundina clamando con ira contra la plaga del pulgón. Que san Agapito, mártir por el culo y virgen por el pito, nos pille confesados.

Al menos los insumisos  encontraron una manera simpática y cachonda de terminar con su odisea contra el sable y la retresta.

Hay que joderse.

Tomemos otro cafè y que la cafeìna nos mantenga despiertos ante los pròximos acontecimientos.


Sherlock (buscando pistas)


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