sábado, diciembre 18, 2010

Costanza y diosito

- ¡Dios no existe... y si existe es injusto! - gritó Constanza a mitad de una clase de inglés a finales de su segundo año de primaria.

Las razones por las que mi hija, con 8 años recién cumplidos, tuvo ese exabrupto nadie más que ella me las pudo aclarar y eso es algo que sólo nos incumbe a ambos. Aquí sólo mencionaré que se armó un buen mitote con profesores y directivos, miopes y pendejos, en su escuela.

Actualmente (a muchos meses de ese incidente) cuando Constanza me platica sobre lo que alguna de sus amiguitas ,maestros o familiares le cuenta sobre diosito suele levantar sus manos para indicar que la palabra dios va entrecomillada.

Antes de que alguno sugiera crucificarme patas arriba por alentar esa conducta que parece sacrílega comento lo siguiente:

1. Constanza vive con su mamá y sus abuelos maternos. Ellos son presbiterianos y a veces la llevan a su servicio religioso en donde ella pasa algunas horas con otros niños en la escuelita dominical.

2. Constanza en muchos casos sabe la diferencia entre ficción y realidad y suele preguntarme cuando no está segura.

3. Constanza sabe aplicar una thumb rule que es útil para saber si lo que le están explicando a uno sobre un tema desconocido es o no plausible. La regla consiste en verificar si le contestan a uno un "no sé" después de hacer las suficientes preguntas que empiecen con un "por qué". Ya tiene hartas a sus maestras y a su mamá.

4. Constanza sabe que yo no creo en dios (o el ser supernatural al que el lector creyente prefiera rendir culto) por que nadie ha sido capaz de demostrar si existe o no. También sabe que el resultado de esa cuestión dejó de importarme hace tiempo.

5. Constanza se ha aburrido (y yo también) cuando, en contadas ocasiones, hemos acompañado a mi padres (que son católicos) a misa. Una vez me pidió que nos saliéramos de ahí y en otra nos entretuvimos jugando con mi PDA. Lo único que le pareció interesante fue el olor a incienso.

6. Constanza sabe que puede creer en lo que ella quiera. También sabe que estoy dispuesto a recordarle lo que yo creo. También sabe que si lo que ella cree y lo que yo creo no es lo mismo la voy a seguir amando y cuidando igual.

7. Constanza sabe distinguir entre lo que es bueno o malo. En caso de duda recurre a su mamá o a mí. Su mamá no sé a qué recurra a su vez. Yo recurro a una elemental ética humanista que intento enseñarle con base en el ejemplo.

8. Constanza se entusiasma muchísimo con las aventuras de Harry Potter y los narnios entre otras. También se entusiasma igual ante experiencias del mundo real y suele decir un ¡wow! cuando la enfrento a la explicación de esas experiencias. Como la ocasión que armamos un volcán. O cuando le puse en las manos un programa de jclic para que aprendiera a usar las regletas de Cuisenaire porque a su maestra de mate no le entendía ni madres. O la ocasión en que, después de algunas sesiones de playstation, me preguntó como hacían los juegos y la senté frente a la compu ante una herramienta de OpenGL para que se diviertera tirando a un soldado de quake al agua con base en un set muy sencillo de comandos escritos.

Esos ¡wow! hacen que me parezca irrelevante si cree o no en diosito. Y buena parte de mis esfuerzos están encaminados a promover que los siga diciendo.


Héctor Julián Coronado Cervantes. México D.F., Mexico Escéptico epiléptico.



Sherlock ... buscando pistas 





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