lunes, marzo 28, 2011

El arte de la lectura en frío

Los actualmente populares "psíquicos" Sylvia Browne, James Van Praagh y John Edward que están recibiendo demasiado tiempo de TV en espacios como los shows de Montel Williams, Larry King y otros, utilizan una técnica conocida como "lectura en frío". No le dicen al sujeto nada, sino que hacen puras adivinanzas, plantean sugerencias y hacen preguntas. Este es un arte muy engañoso y el observador no atento se queda con la creencia de que información desconocida ha sido obtenida por medios milagrosos. No es así.

Ejemplos: "Percibo a un hombre viejo aquí", es una pregunta, una sugerencia y una adivinanza del "lector" que espera alguna reacción del sujeto y que usualmente la obtiene. Esa reacción puede ser un asentimiento con la cabeza, pronunciar el nombre de una persona, o una identificación (hermano, esposo, abuelo), pero que es provista POR EL SUJETO, no por el lector. "Están diciendo 'Bob' o 'Robert'. ¿Reconoces a esa persona?" es otra pregunta, sugestión y adivinanza. Si hay un Bob o Robert el sujeto ampliará la identificación. Pero si no hay un Bob o Robert inmediatamente reconocido, el lector se lo saltará comentando que Bob está ahí involucrado pero que no está siendo reconocido en ese momento. Si cualquier Bob es recordado más tarde por el sujeto esto será incorporado por el lector a todo su discurso. Observen y escuchen un video de una lectura. En un video de Van Praagh preparado para el programa de TV "48 horas" en una lectura que duró 60 minutos, encontramos que sólo hubo 2 afirmaciones hechas entre 260 preguntas que se hicieron en ese lapso. Van Praagh buscaba el nombre del esposo finado de una mujer y llegó a él preguntando "Conoces a alguien llamado Jack" La mujer respondió "¡Sí! ¡Jack mi esposo!" Pero Van Praagh no identificó a "Jack" para nada. Pidió a la mujer que ELLA lo identificara. A esas alturas Van Praagh ya había intentado y fallado con 26 nombres de hombres. Pero la mujer -el sujeto- olvidó todos los errores previos porque no eran importantes para ella. "Jack" era lo único relevante.

Los lectores en ocasiones guían al sujeto para que éste crea que sabían algo que ellos desconocían. Por ejemplo:

Lector: "¿Tu esposo permaneció mucho tiempo en el hospital o murió rápidamente?".

Sujeto: "Oh, murió casi inmediatamente".

Lector: "Sí, él me lo está diciendo. Dice que no sufrió y que le fue evitado sentir dolor".

El lector en este caso (Van Praagh para ser más específicos) "extrañamente" fue quien tuvo que hacer la pregunta para saber eso.

Recuerden que estos lectores a menudo entrevistan a los miembros de su audiencia cuando están formando fila para entrar al estudio de TV. Esa técnica era usada por la muy exitosa lectora Doris Stokes. Lo que hacía era retroalimentar con cualquier información que previamente había conseguido como si estuviera refréscandose la memoria de lo que le habían dicho: "¿Es usted la dama que tenía una hermana fallecida, querida?" preguntaba y obtenía, obviamente, asentimiento de la víctima y un montón de oooohhhhs de la audiencia. También ocurre que alguna persona de la audiencia antes del show se presente con el lector para preguntarle sobre su abuela muerta. Esa persona, durante el show, es después seleccionada de la audiencia por el lector para preguntar a su vez "¿su pregunta es acerca de su abuela?" lo que aparece -para el resto de la audiencia- como un acierto adivinatorio. O, aún más sutilmente, personas que trabajan en el estudio, previamente han estado con el "psíquico" para una lectura privada, y son a los que se les pide que ocupen asientos entre el público con la excusa de "desarrollar mayor información" usando el "poder colectivo de la audiencia". El lector, entonces, repite información colectada en sus sesiones previas lo que aparece milagroso para el resto de la audiencia y para los que lo ven por TV.

Hicimos una prueba a Sylvia Browne en 1989 en televisión en vivo y falló miserablemente. En esa ocasión, no se le permitió hablar con nadie de la audiencia, o que le preguntaran o dijeran cualquier cosa antes. A la audiencia se le instruyó para que respondieran solamente "SI" o "NO" cuando se les hiciera una pregunta directa. Lo que hizo que Sylvia fallara. Culpó de todo a las malas vibras... por cierto, Van Praagh y Edward no han respondido a nuestra oferta para probarlos para el premio del millón de dolares.

Así que ahí lo tienen gente: es su percepción la que de hecho hace que las adivinaciones funcionen, en lugar de la realidad del proceso. La ignorancia de otras pistas y métodos sutiles es lo que ocasiona que uno crea que los pretendidos "psíquicos" tienen realmente poderes.

Ahí va un ejemplo de algo que hice cuando estaba haciendo un show como un mentalista en Toronto, mi lugar natal, a la edad de 18 (me apresuro a añadir que SIEMPRE he negado que posea cualquier tipo de poderes antes y después de cada show). Teníamos un enorme auditorio lleno de lugares previamente reservados con gente muy dispuesta. Era algún tipo de evento de beneficiencia y los boletos eran caros. Después de pasar por los trucos de mover objetos sin tocarlos y de la duplicación con los ojos vendados de escritura (doblar cucharas en ese entonces no era un milagro muy popular), me detuve abruptamente y señalé a una dama sentada en la tercera fila. "Se me pide que le diga, madame, que 'percibó' el nombre de Rose en usted", grité. Su boca abierta verificó que estaba yo en lo cierto. "Y ese nombre es más que significativo para usted". Se adelantó en su asiento. "¿Veo un reloj, un reloj muy viejo y en la carátula tres rosas?" Ella empezó a decir algo y le pedí silencio levantando mi mano. "Pero es un reloj muy extraño. No dice la hora". Para entonces la pobre mujer estaba temblando de excitación. "¿¨Porqué está descompuesto? ¡Ahhh ya lo veo! Ahí están las manecillas del reloj que se han caído de su lugar y yacen detrás del vidrio de la carátula. ¿Es eso correcto?". La mujer ya se había puesto de pie, estaba con la boca abierta y asentía vigorosamente. Los aplausos fueron vigorosos. ¿Cómo lo hice? ¿Adivinanza de pura suerte? No. Fue planeación.

T. K. Lawson, mi cuate, había estado trabajando con la asociación de caridad que patrocinaba mi show. El fue quien consiguió mi contrato y que también se puso a vender de puerta en puerta los boletos a lo probables asistentes. Me contó que había vendido los boletos de los lugares CC-20 y CC-22 a una dama que lo invitó a pasar a su sala mientras llenaba un cheque para pagar los boletos. T. K. observó que la rosa era un tema recurrente en esa casa y al reloj que estaba también por ahí. Estos hechos me los reportó y yo los usé para hacer mi show. Añado que T.K. y yo alcanzamos a la querida señora tan pronto como terminó el show y le explicamos como habíamos hecho el número. La dama estaba encantada con la explicación y agradecida de que nos tomáramos la molestia de decirle.

De alguna forma no creo que Browne, Edward ni Van Praagh se tomen la molestia de hacer tal cosa. Pero recordemos, que después de todo, andan por la vida diciendo que REALMENTE son capaces de hablar con los muertos.

Estoy asombrado de qué tanto puede afectar la muerte a quien pasa por el proceso. Aparentemente lo vuelve a uno realmente estúpido y olvidadizo. Por ejemplo, todas las ocasiones que he recurrido a un psíquico o medium para que contacte a mi abuela paterna parece que ella no recuerda cosas tan básicas como el nombre de su esposo, o el nombre de la iglesia a la que asistía -elementos, ambos, importantes en su vida cuando estaba "aquí". Ahora que ella está "más allá" su prodigioso intelecto parece que la ha abandonado completamente.

James Randi



Sherlock... buscando pistas 

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