viernes, junio 17, 2011

Las Inmortales

Rojas. Putas. Perseguidas. "No éramos delincuentes, sino luchadoras por un mundo sin guerra, sin hambre y en libertad. Ese fue nuestro delito". Estas son las palabras de Concha Carretero, una de las protagonistas de la exposición Mujeres republicanas,de Javi Larrauri, que durante el pasado fin de semana ha albergado el madrileño Círculo de Bellas Artes.
Todas rondan los 90 años. Siendo adolescentes ya militaban en las Milicias Antifascistas Obreras y Campesinas, en el Partido Comunista, en Juventudes Socialistas Unidas... Y siguen haciéndolo. Estas mujeres coinciden en que su ideario se debía, en buena medida, a lo que sus padres les habían inculcado. "Mis padres me lo enseñaron todo, ellos eran socialistas auténticos. Él decía que la política no era para enriquecerse sino para dar a los demás", recuerda Carmen Arrojo.
El primer paso para formar parte de esas organizaciones era bien sencillo. Simplemente apuntarse. Después comenzaba el verdadero trabajo. Entregar pasquines, periódicos, organizar, formar parte de la lucha pro-amnistía, servir de correo encubierto... Eran algunas de las tareas que las mujeres republicanas llevaron a cabo durante la Guerra Civil y la dictadura. Ellas estaban dispuestas a correr el riesgo de ser descubiertas o delatadas. Muchas pasaron años en cárceles y en campos de concentración.
El sentimiento general entre estas mujeres es que lucharon "como cualquier hombre, porque no había tanto machismo entre los compañeros", explica la poetisa Ángeles García-Madrid, una de las republicanas. "La labor de la mujer republicana fue educar a sus hijas para que no aguantasen la potestad del hombre", recalca. Por otro lado, Concha Carretero cree que actualmente la gente piensa que mujeres y hombres son iguales porque "pueden hacer lo que les da la gana". Pero ella opina que la verdadera igualdad está "en el derecho al trabajo, el derecho a la educación y a una serie de cosas por las que la República se distinguió".
A Concha Carretero el paso de los años no le ha borrado ni una de las letras de las canciones republicanas que aprendió siendo joven. Y siempre que puede se arranca. Esta vez, la ironía se materializa en la letra que hicieron estando detenidas en la cárcel de Ventas: "Cárcel de Ventas, hotel maravilloso, lleno de higiene, lujo y confort, donde no hay agua ni cama ni comida, en el infierno se está mucho mejor".
Gusanos en las lentejas. Un plato al día. Ratas que corrían por sus cuerpos mientras dormían. Palizas. Limpiar la sangre de sus compañeros. La vergüenza de ser marcadas públicamente cuando les rapaban la cabeza. Ver cómo pegaban a sus maridos y los arrastraban delante de sus celdas. Insultos y vejaciones. 30 personas conviviendo en el espacio destinado a dos. Nada de eso consiguió detenerlas en su lucha por sus ideas de libertad y justicia. Aunque tienen una espina clavada: el recuerdo del sonido de los disparos la madrugada del 5 de agosto de 1939, cuando 13 jovencísimas republicanas fueron fusilados.
"Oímos perfectamente los disparos desde la cárcel, y también vimos cómo se iba la camioneta que las llevaba. Al amanecer, se oía la voz de Julia Conesa cantando La joven guardia y todas se le unieron. Mientras llevaban hacia el este a las 13 Rosas", recuerda emocionada García-Madrid.
En esos momentos, Concha Carretero, encarcelada e inconsciente, estaba a punto de vivir uno de los momentos más difíciles de su vida, si no el que más. "Yo tenía el mismo expediente que las 13 Rosas y cuando me llamaron al despacho de la directora lo supe, me iban a fusilar", rememora.
Desnuda y asustada, delante de la tapia del cementerio y a oscuras, los franquistas le enseñaron las tumbas de sus camaradas. Por suerte, salió de allí.

La odisea si se lograba salir

"La odisea era donde te metías si conseguías salir de la cárcel", explica Arrojo. La cárcel continuaba en la calle. Feli Plaza no ha olvidado cómo la perseguían a ella y a su marido por las calles de Madrid. "Trabajábamos en el partido a escondidas, con reuniones clandestinas", explica. Otras pidieron a sus amigos que las escondieran en sus casas.
Carmen Rodríguez cree que ellas fueron "víctimas de la obsesión por matar al que no pensara lo mismo". No es revancha lo que piden, pero sí que se sepa que muchos murieron por esa lucha. Carmen Carretero, desencatada con la política actual, opina que la Ley de Memoria Histórica es "un bonito pretexto para que creamos que se va a hacer algo y no se hace nada".
Y todas ellas, mirando atrás, ¿eran conscientes de lo que se jugaban? "Sabía que ponía en juego mi vida y lo volvería a hacer", responde García-Madrid. "Somos la joven guardia", concluye Carretero. 

Las 13 Rosas
Un cinco de agosto de 1939 trece jóvenes, algunas de ellas menores de edad, fueron fusiladasde madrugada en las tapias del cementerio de la Almudena (cementerio del Este hasta finalizar la guerra civil). En un juicio sumarísimo con una defensa de "apariencia" fueron condenadas junto con otros 43 jóvenes.
Sin tiempo ni para despedirse de sus familiares (algunos no se enteraron de su fusilamiento hasta que fueron a visitarlas a la cárcel al día siguiente) tan sólo les permitieron escribir cartas solicitando el indulto (las cuales no llegaron a salir de la prisión de Ventas porque la directora se negó a remitirlas a quien correspondía) y unas cartas de despedida a sus familias, que aún hoy se conservan y dan cuenta de la entereza con la que vivieron los momentos anteriores a su tragedia. 
Algunas de ellas eran militantes de las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU), otras había sido "enlaces" de comunicación entre los pocos dirigentes del partido que quedaban en Madrid tras finalizar la guerra y muchas ni siquiera tenían relación alguna con partidos políticos de izquierdas. La premura de Franco por eliminar "las hordas marxistas" fue de tal calibre que poco importaba que el reo no tuviera culpa de nada más que creer en unas ideas políticas o simplemente en ser señalado con el dedo por enemigos improvisados de diversa índole (vecinos, compañeros o incluso amigos se convertían en habituales "delatores" para salvar sus propias vidas). 

71 Aniversario

Esta mañana representantes de la izquierda madrileña se citaron en el Cementerio de La Almudena para recordar el asesinato de 'Las 13 Rosas' y de sus 43 compañeros militantes de las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU).
Acudieron al encuentro el secretario general del PCM, Daniel Morcillo, una de las veteranas de las JSU, Concha Carretero y representantes de la Fundación Trece Rosas del PSM y de la Memoria del PCM. 
Desde el Partido Comunista de Madrid han explicado, a través de un comunicado, que su intención es unir este acto reivindicativo con la exigencia de justicia y reparación para todas las víctimas del franquismo.
A eso han añadido que seguirán trabajando "para que se anulen todas las sentencias de aquellos tribunales ilegales que juzgaron a los españoles hasta bien entrada la Transición y para que el sistema judicial español entre de oficio en la investigación sobre los crímenes cometidos por el franquismo y que aún siguen impunes, como desapariciones, muerte, exilio, inhabilitaciones osecuestro de niños".
En esta ocasión, un grupo de japoneses, pertenecientes al Sindicato Obrero de Profesores de Japón, ha acudido al acto de homenaje mostrando una pancarta con el mensaje "El Viaje de la Paz" sumándose así al acto en memoria de las 13 jóvenes fusiladas. 

Polémica placa

En 1988 se colocó la primera placa conmemorativa en la tapia del cementerio de la Almudena, cerca de donde fueron fusiladas y en nombre el pueblo de Madrid. Años después, en 2009, se conmemoró el 70 aniversario de su fusilamiento con otra placa en la que aparecía el nombre y apellido de 'Las Trece Rosas' y que incluía el inciso "la Fundación 13 Rosas" junto a la inscripción "El pueblo de Madrid".
Desde las asociaciones de víctimas se criticó con dureza que una asociación política como es la Fundación Trece Rosas (perteneciente al Partido Socialista de Madrid) se desmarcara del resto del "pueblo" para figurar aparte en la placa en reconocimiento de su memoria y por añadidura, politizara el acto del 70 aniversario. 
La de 1988 se rescató y figura debajo de la nueva, que preside el paredón cerca del cual fueron fusiladas las jóvenes.  
Polémicas aparte, la memoria de 'Las Trece rosas' se homenajea cada año, con las compañeras de las JSU que aún viven, con el objetivo de llevar a cabo la petición que hizo una de ellas, Julia Conesa, en la última carta que envió a su familia,  "que mi nombre no se borre de la historia". Ni el suyo ni el de las más de 130.000 víctimas que aún siguen bajo tierra, en cunetas o en fosas comunes y sin ser localizados por sus familiares.
fuente: www.publico.es

Sherlock... buscando pistas

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