sábado, agosto 27, 2011

Llevo tu sed clavada en mi costado


El amor no tiene sexo, ni reglas, ni leyes que delimiten las caricias en la piel donde me abrazo.
       Llevo tu sed clavada en mi costado como un adios preñado de ambrosìa.
       En los labios la fe de la utopìa. Cuando abrazo tu piel todo es sagrado.
       Y no logro saber si esto es pecado, o es amor en la tarde que confìa con amor en silencio.
       Osadia es estar todo el tiempo enamorado.
       Me carcome tu amor y me engrandece. A tu lado mi huerto se florece con la savia mas joven que la espera.
       Me entristecen los ojos de la gente que no dejan que amemos libremente en las alas de un sueño de quimera.
       Amor, amarte asì como te amo, que ya no soy yo mismo en el camino.
       Un rayo que desciende vespertino para herirme en mi ser. Yo te proclamo amor que naaa puro.
       Y te llamo amor, y mas que amor, en masculino.
       La palabra es amor, y mi destino contra todo el mundo yo lo reclamo.
       Que nadie me confunda en el sendero, tu amor y tu amistad es lo que quiero, la paz de tu sonrisa en la alborada.
       Que nadie intente nunca separarnos, que a nadie hacemos daño con amarnos, que yo sin este amor no siento nada.
       He soñado tu amor en la distancia que separa los labios del anhelo, y soñè que soñando mi desvelo, se preñaba de sed y de abundancia.
       Te lo digo, mi amor, es ignorancia el querer separarlos. Yo recelo si dicen que este amor no tiene cielo.
       Sin tì no encuentro a nada la importancia para poder, amor, seguir viviendo.
       Si no puedo sentir lo que sintiendo me tiene puesto en pie cara a la vida....
       Si no dejan, mi amor, que nos amemos....
       Tendria que pensar que nos marchemos allì donde èste amor tenga acogida.
       Mas hemos de luchar cada mañana la sed de nuestro amor, el sentimiento.
       Amor que abraza amor y va en aumento en busca de su sed y su fontana.
       Amor que sòlo es amor y que se afana en no volver a ser amor sediento.
       Debemos de luchar en el intento por ver que nuestra lucha no fue vana.
       Estando tù a mi lado no hay temor que nadie nos destruya en el amor que anhela la amistad y que persigo.
       Contra todo he luchado. Y he perdido.
       Ya no puedo negarme la evidencia.
       Si mi amor por tu amor es impotencia que recoja la noche mi alarido.
       Voy sufriendo, mi amor, con el olvido de quien mira este amor con diferencia, un segundo sin tì es penitencia que no puedo aguantar.
       Y confundido me debato con saña contra el suño de perderte.
       Quizà ya no soy dueño ni siquiera de mì. Soy peregrino que camina sin rumbo su mañana.
       Con tu amor en mis brazos soy solana en la noche de sol de mi destino.
       Mas este amor que parece que a una mujer proclama no es asì, es amor que este peregrino reclama en masculino  todas las mañanas amando a su anhelado amigo.........  El Vino.
.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por su comentario.