miércoles, enero 25, 2012

Tolerancia cero



Esas fórmulas eran tan mágicas que, lógicamente, debían permanecer en secreto hasta que llegaran al gobierno, no fuera a ocurrir que se las copiaran el partido rival. Lo que sí estaba claro era una cosa: "Recortes, no". El señor Rajoy lo dijo por activa y por pasiva durante cuatro años. Él conocía la manera de crear empleo y bajar la cifra de déficit sin tocar los salarios, los servicios básicos ni los impuestos. Y lo votaron más de 10 millones de españoles, supongo que creyendo las recetas mágicas de un equipo de personas que, ante todo, callaban, respondían y criticaban, pero no aportaban nada. Ya lo harían cuando llegaran al poder.
Hemos pasado toda una legislatura escuchando al señor Rajoy decir que él tenía la solución a la crisis. No lo digo yo, lo dicen las hemerotecas. Hemos estado aguantando un día sí y otro también la chulería de un partido al que las circunstancias le eran tan propicias para acceder al poder que no necesitaba aportar una sola idea, sino esperar a que cayera la fruta podrida. Hemos tenido que aguantar un programa electoral pueril y disperso, que no decía absolutamente nada, o que lo que decía no tenía ni pies ni cabeza desde el punto de vista económico, con el convencimiento de que nadie lo iba a leer porque ya tenían las elecciones ganadas de antemano. Hemos tenido que aguantar, en definitiva, una opción política reaccionaria, entendiendo como reaccionario el hecho de una oposición sistemática mediante el "no", sin aportar ninguna solución y, a la vez, diciendo que se tiene esa solución.
Pues bueno, ahora les ha llegado la hora de desvelar el secreto mejor guardado del país. Lo esperábamos en el debate de investidura, pero no hubo suerte. El señor Rajoy pareció querer acabar con la crisis pasando las fiestas a los lunes, como si acabar con los puentes fuera el salvoconducto hacia la riqueza nacional. Aquel día no es que fuera un fiasco, es que ya empezaba a vérsele el plumero al futuro presidente del gobierno. Porque se entiende que si uno tiene las recetas para salir de la crisis, aproveche la primera oportunidad para mostrarlas al público y a las demás fuerzas políticas. Pero era evidente que no iba a ser así. Además, en la calle se temía lo peor: la opinión pública está tan hecha polvo después de estos cuatro años agotadores, que ya apenas se espera nada ilusionante. Pero, en fin, era el debate de investidura y tampoco era cuestión de que fuera a contar allí su milagro.
El milagro ocurrió el pasado día 30: amparados en una supuesta situación extraordinaria (que tendrán que demostrar), se acometían medidas extraordinarias, entre ellas, la subida de impuestos que el propio Rajoy, en el debate televisado con Rubalcaba, denominó de "error estratosférico".
Miren; el problema de los políticos, sobre todo si han estado en la oposición, es que existen los archivos y las hemerotecas. Si éste no fuera un artículo de periódico, en papel, les pondría varios enlaces en los que se podría ver al señor Rajoy negar rotundamente que fuera a subir los impuestos cuando llegara al gobierno. Y al que hace lo contrario de lo que dice, se le llama mentiroso. Ante estos mentirosos, que hacen cualquier cosa para llegar al poder y conseguir votos de pobres incautos que los creen, hay que tener tolerancia cero. No pasarles ni una. Tenemos por delante cuatro años, en los que, por desgracia, vamos a descubrir y a mostrar cada una de las mentiras en las que el Partido Popular y sus líderes van a caer, por la sencilla razón de que tienen un pasado, unas palabras dichas y unas opiniones formadas, bien aplaudidas por sus medios de comunicación, que no van a cumplir en esta legislatura, porque simplemente es imposible. Su programa electoral es tan disparatado, tan irracional, que estamos seguros de que lo incumplirán punto por punto, lo que demostrará que han engañado a los españoles. Su oposición fue tan radical, tan vacía, que, faltos de ideas originales, muchas de las ineficaces medidas que adoptó el partido socialista volverán a ser adoptadas por ellos. Ya lo están haciendo en algunas comunidades autónomas donde gobiernan; también lo harán en el Estado.
Pero no se preocupen: siempre será con un poquito de vaselina, porque hasta para eso se creen que estamos en Babia. No se me olvida la imagen de Soraya Sáenz de Santamaría, descubriendo el Mediterráneo: "Ante una situación excepcional hay que tomar medidas excepcionales ". O sea, que estas medidas de recortes sí están amparadas por lo excepcional de la situación, pero las medidas de recortes que tomó en su momento el anterior gobierno, en plena crisis y en medio de una tormenta financiera, no fueron tomadas en un momento excepcional, sino que lo hicieron por capricho, porque les dio por ahí.
Ya está bien de mentiras. Contra la ineficacia de las medidas políticas, solo cabe la crítica y, en su caso, aportar una solución alternativa. Pero ante la mentira, hay que reaccionar con tolerancia cero, denunciar a los mentirosos. Por desgracia, pronto hemos empezado a hacerlo. Y esto solo es el principio.

José Luis Alvarado






Sherlock... buscando pistas... (cada dia hay mas paraisos perdidos)







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