viernes, junio 22, 2012

Volveremos a ser campeones...


En cifras de paro, precariedad laboral, miseria social... Un veranos más nos encontramos con el espectáculo del fútbol, en concreto, con una nueva edición de la Eurocopa. De nuevo el deporte rey sale a relucir uniendo a todos los “españoles” bajo una misma bandera, que no es la del rescate bancario, ni la de los despidos masivos, ni la de los desahucios, ni la del control social, ni la de la violencia policial... la bandera del espectáculo, la “bandera patriótica del nada me importa, salvo mi selección”. En este caso el reto futbolístico es un poco más humilde, ya que en esta ocasión sólo se pretende ser campeones de Europa.

Sin embargo el país entero, y más concretamente los empresarios y gobernantes, como otros muchos países de esta zona del planeta, se están haciendo merecedores de un trofeo mucho mayor, que es tener situada a la clase trabajadora en una posición de debilidad, de individualismo, de indefensión ante los problemas que sufrimos cada día. España, igual que otros muchos países, es campeona en desmovilización y en falta de capacidad de reacción ante los problemas que surgen.

Tapando problemas

Los eventos deportivos, igual que otras muchas triquiñuelas de las empresas y los gobernantes, están sirviendo para tapar los agujeros negros en los que estamos cayendo la humanidad en la sociedad de consumo occidental. Estamos saliendo del túnel de la abundancia de productos inútiles, de créditos que salían de debajo de la piedras, de compras compulsivas y de una supuesta libertad y felicidad que en realidad no existían; pero en lugar de ver la luz, estamos viendo la oscuridad al final del túnel.

Los acontecimientos, ya sean deportivos, religiosos o de cualquier tipo, se están usando como cortina de humo para tapar los graves problemas sociales que sufrimos en este país. Las “autoridades” tratan de impedir que se vean las altas cifras de paro, el nivel de precariedad laboral, el aumento de la pobreza infantil, las huelgas que tienen lugar en todo el Estado... pero también hay que hacer que esos problemas se olviden, y para ello, que afrontemos juntos, como “buenos españoles”, otro tipo de “problemas”, como lo son el sufrimiento con la selección de fútbol o con el país entero en las Olimpiadas. Quieren que todos, empresarios, trabajadores y políticos, nos sintamos hermanados gracias al deporte.

Pero a pesar de que gobernantes y patronal piensen que nos tienen entretenidos con tanto espectáculo, van a tener que emplearse a fondo para mantener sus mentiras y tapar la realidad. Los medios de comunicación de masas tendrán que seguir mintiendo y ocultando la realidad... pero sólo van a conseguir que apartemos la mirada un rato de nuestros verdaderos problemas, porque son éstos los que sufrimos todos los días y a todas horas: falta de empleo, vivienda, relaciones (hasta esto nos ha robado y moldeado el sistema Estatal de dominación), en definitiva, falta de control sobre nuestras propias vidas. Como decíamos, las distracciones serán momentáneas, pero la rabia es cada vez mayor, como podemos ver en la respuesta social en aumento ante los atropellos que llevamos tanto tiempo sufriendo.

El modelo de entretenimiento de la social-democracia

El Estado es un experto en darnos cosas que no hemos pedido para quitarnos otras que necesitamos. Igual que en Roma la manera de mantener contenta a una población fracturada y maltratada era el Circo, porque les hacía entretenerse y ver a gente que estaban peor que ellos, en el mundo occidental actual, una manera de tenernos pendientes de otras cosas son los medios de comunicación, que ahora nos venden lo que ellos llaman la prima de riesgo como si ese fuera nuestro verdadero problema.

El modelo de control social impuesto en gran parte de Europa, a través de las leyes, de la supuesta libertad, del consumo, de la policía, de la represión “sutil”... ha mantenido hasta hoy a la gente a raya.

El patriotismo de todo pelaje, y en concreto el patriotismo español, que sale a relucir en estos momentos de espectáculos colectivos nacionales, ha conseguido, en apariencia, unir a dos clases sociales: clase trabajadora y clase empresarial. Ahora parece que nos creemos que los empresarios son los que nos dan trabajo, cuando son los que se aprovechan de nuestra actividad en su beneficio. Tampoco los políticos están para “defendernos”, sino para parasitarnos y aprovecharse de nuestro trabajo, cobrarnos impuestos, en definitiva, para sangrarnos.

El consumismo y el individualismo, banderas que enarbola el capitalismo actual, han logrado que las personas nos olvidemos de las personas. Ya no acudimos a los iguales para solucionar nuestros problemas, no hablamos con la gente del barrio ni del pueblo, ni siquiera con nuestros compañeros de trabajo. Sólo hablamos con quien nos solucionará la papeleta sin mover un dedo. Lo malo es que al darnos la vuelta, esos que nos decían que nos ayudaban,que supuestamente nos garantizaban una vida plena y feliz si comprábamos lo que ellos querían, esos que nos decían que teníamos que hacer horas extra porque nos beneficiaba, nos dan una gran patada en el culo, nos dejan en la calle, sin capacidad de reacción, porque hemos dejado de confiar en nuestros iguales.

Los mismos que han ganado millones con la construcción, los mismos que nos han estafado en el banco, los mismos que tratan de distraernos con la propaganda, los mismos que nos venden sus productos de mierda con campañas publicitarias millonarias, los mismos que derrochan materias primas y destrozan el planeta, se están riendo de nosotros todos los días. Se ríen porque la respuesta social en la calle es casi nula, a pesar de las últimas movilizaciones. Se ríen porque no somos capaces de luchar por cambiar las cosas de verdad. Se ríen porque nos dejamos embaucar por politico-sindicalistas que no hacen otra cosa que manejar nuestras legítimas luchas. Se ríen de la clase trabajadora y no les pasa nada.

Ante este panorama, va siendo hora de que la clase trabajadora recupere su dignidad, de que levante la cabeza y despierte. Es hora de organizarse, de luchar por cambiar las cosas.

Organízate y lucha. Salud y Revolución Social






Sherlock... buscando pistas






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